UNION SINDICAL OBRERA -USO- 85 AÑOS DE HISTORIA, DE LUCHA, DE ORGANIZACIÓN Y MOVILIZACIÓN


UNION SINDICAL OBRERA -USO- 85 AÑOS DE HISTORIA, DE LUCHA, DE ORGANIZACIÓN Y MOVILIZACIÓN




CREADOR DE LA Uso (Unión sindical de obreros) 

UN PERSONAJE: RAUL EDUARDO MAHECHA, EL “TIPOGRAFO REBELDE”1
Equipo de historia de la USO, coordinado por Renán Vega Cantor de la Corporación Aury Sará Marrugo

Nació en 1884 en el Guamo (Tolima), siendo el mayor de una familia de cinco hijos. Sus padres eran Manuel Antonio Mahecha y Manuela Caycedo, siendo nieto del general José Ignacio Caicedo, figura del conservatismo en la segunda mitad del siglo XIX. Contando con escasos 11 años de edad huyó de su casa paterna e ingreso poco después, en 1899, a la artillería del Ejército, peleando a lado de las tropas del gobierno conservador durante la Guerra de los Mil Días (1899-1902), donde ascendió hasta el grado de capitán. Participó en el Batallón Colombia en Panamá durante los acontecimientos de la pérdida del Istmo en 1903, lugar donde se encontraba en ese momento. Inconforme con la decisión de esas tropas de no pelear para defender la soberanía colombiana, pidió la baja del Ejército y se alistó como voluntario en Barranquilla para alistarse en una expedición de colombianos que decidieron ir a luchar a Panamá para impedir su separación, bajo las órdenes de Diego A. Castro y Daniel Ortiz. Esa expedición fue un fracaso, porque muchos de los participantes murieron de hambre y de peste en el camino, más exactamente en Acandí y Titumate. Mahecha regresó a Cartagena en 1904 y se afilió a la Sociedad Obrera de Calamar. Este fue el comienzo de su lucha al lado de los trabajadores y pobres colombianos y de su continuo peregrinar por distintos lugares de la geografía nacional, principalmente del río Magdalena, de las regiones cafeteras del occidente y de la zona bananera del Magdalena.

Aunque Mahecha no había estudiado muchos años en la escuela formal, como autodidacto se formó leyendo libros de literatura universal, algunos de los cuales siempre cargaba consigo como El Quijote, Las Mil y Una Noche y obras de Víctor Hugo. Estos libros, cumpliendo una función social y política de tipo didáctico, eran empleados como instrumentos para convencer a los trabajadores de la necesidad de organizarse y luchar por sus derechos, ya que Mahecha les leía fragmentos de esas obras a las gentes con las que se reunía. Siempre llevaba consigo una imprenta portátil, cargada en una mula. Periodista infatigable, Mahecha publicaba periódicos populares con su imprenta portátil. Entre esos periódicos se destacaron El Baluarte (1918) y El Luchador (1919-1923), editados en Girardot y Medellín. Los artículos que escribía iban firmados con seudonimos, como los de Modesto Bueno, Han de Islandia o Miguel Strogoff. Entre los años de 1915 y 1916, Mahecha estuvo radicado en California (Estados Unidos).

Intelectual e ideológicamente Mahecha tuvo una rápida y profunda transformación, ya que evolucionó de conservador en su juventud, a una postura social-cristiana un poco después hasta una concepción comunista y revolucionaria en la década de 1920. Estos cambios no solamente estaban relacionados con las transformaciones ideológicas que se presentaban en esa época entre algunos sectores políticos y sociales de Colombia, sino con el compromiso práctico con las luchas de artesanos, campesinos y obreros, principalmente en los puertos del río Magdalena, como La Dorada, Honda, Girardot y Barrancabermeja. En la Dorada asesoró en 1922 la exitosa huelga de los trabajadores del ferrocarril.

A finales de la década de 1910 se instaló en Girardot, importante y combativo puerto sobre el Magdalena. Desde ese sitio se desplazaba por los cafetales de regiones próximas de Cundinamarca, Caldas y el Tolima. En su trabajo de agitación, educación y formación política, como nos recuerda Ignacio Torres Giraldo, Mahecha solía recurrir a trucos ingeniosos, a contar cuentos, historias de duendes y de hadas, con lo cual se familiarizaba con las creencias ancestrales de los habitantes ribereños. Al respecto en una ocasión señaló: “Para introducirme en la región cafetera tuve que ingeniarme y conquistarme la confianza de los obreros, contándoles primero cuentos de hadas -los cuales les gustan mucho- pero a través de esos cuentos les explicaba la situación en que vivían y los incitaba a la huelga. Hacía ese trabajo porque el pueblo es muy supersticioso y cree más en los cuentos de hadas que en otra cosa”2.

Mahecha llegó en septiembre de 1922 a Barrancabermeja, con el fin explicito de colaborar en la formación de un sindicato de los trabajadores petroleros del enclave de la TROCO.

Al respecto señaló: “Comenzamos a preparar espiritualmente a los trabajadores, valiéndonos del periódico Vanguardia Obrera que editábamos por medio de una imprenta volante de mi propiedad, que antes me proporcionaba los medios de vida, y luego de la huelga fue destruida y destrozada, lo mismo que mis muebles”. Se dio a la tarea de organizar a los pobladores de la región, empezando por los colonos y campesinos, a los que asesoró en algunos de sus conflictos con la TROCO. Luego contribuyó a organizar directamente a los trabajadores petroleros, para lo cual fundó Vanguardia Obrera y colaboraba en Germinal. En estos periódicos se empezaron a denunciar las iniquidades de la compañía y las desastrosas condiciones de vida de la población trabajadora. Con gran brío y constancia, Mahecha señalaba a la empresa, en complicidad con los gobernantes colombianos y las clases dominantes, como la responsable de las pésimas condiciones de vida de la población pobre. Por sus permanentes denuncias, la asesoría que les proporcionaba a los trabajadores y su entrega en las labores organizativas, soportó la calumnia por parte de la TROCO que siempre lo calificó como un ex presidiario que no merecía ser escuchado. A medida que el trabajo organizativo de Mahecha cosechaba frutos, siendo el más importante la fundación de la Unión Obrera, la compañía estadounidense empezó a presionar al gobierno para que lo persiguiera. Aquél tuvo que soportar amenazas, multas y luego prisión y ostracismo tras las huelgas de 1924 y 1927.

Como parte de su labor política en Barrancabermeja, Mahecha impulso la candidatura del obrero petrolero Florentino García Ortiz, con la suplencia de Escolástico Álvarez, para las elecciones al Consejo Municipal de octubre de 1923. En Barrancabermeja, como en todos los otros lugares, donde se radicó, Mahecha desempeñaba las más disímiles actividades, pero todas con el fin de educar políticamente a la gente humilde, para que ésta luchara por sus derechos: periodista, tinterillo, y hasta curandero y homeópata. Todo esto le permitía establecer contacto en forma directa con trabajadores, campesinos, colonos y comerciantes. Por ejemplo, cuando Mahecha llegó a Barrancabermeja tomo en arriendo un cuarto de una de las desvencijadas casas de la población, y desde allí ofrecía sus servicios como abogado en todo tipo de pleitos, anunciando que sólo cobraba "honorarios para favorecer a los obreros".

La labor de Mahecha en Barrancabermeja le dio dignidad y autoestima al obrero colombiano, que lo llevo a identificarse como un creador de valor cuyo trabajo enriquecía a la TROCO. Esta autoestima adquiría un carácter de reivindicación nacional ante la explotación a la que el imperialismo norteamericano sometía al país y a sus habitantes. La acción de Mahecha conjugaba, al mismo tiempo, la reivindicación del trabajo, obrero y campesino, como la lucha contra la dominación imperialista, aspectos que en el caso de la explotación petrolera estaban íntimamente ligados3. Esa abnegada actividad cotidiana de Mahecha en defensa de obreros, campesinos y comerciantes la hacia a nombre del socialismo. Esto lo llevó a convertirse en uno de los principales líderes del Partido Socialista Revolucionario, fundado en 1926. Mahecha fue el dirigente indiscutido del movimiento obrero en la zona petrolera de Barrancabermeja en la década de 1920, cuyas acciones más resonantes fueron las huelgas de 1924 y 1927. Durante las dos huelgas, Mahecha fue encarcelado. En 1924 fue sacado a la fuerza del puerto por las tropas del gobierno que lo condenaron a un ostracismo forzoso, al que sometieron también a 1500 trabajadores de la TROCO, con el fin de expulsar los sentimientos de lucha de la población trabajadora del enclave. En esta ocasión, Mahecha permaneció encarcelado durante 13 meses. En 1927 nuevamente fue capturado, junto a los principales organizadores de la huelga, y confinado en Tunja, donde se les sometió al terrible suplicio del cepo, como quedo registrado en una memorable fotografía de la época, e incluso en el camino hacia la cárcel se les quiso aplicar la ley de fuga.

En la memoria de los trabajadores de aquellos tiempos quedó el legado de la lucha infatigable de Mahecha, como lo evoca un obrero que participó en las primeras huelgas de los petroleros: “Por allá por 1922 empezamos a reunirnos en las casas con Raúl Eduardo Mahecha para ver cómo nos defendíamos; publicamos la Vanguardia Obrera, con la cual ganamos gente para fundar nuestro sindicato clandestino, que desde entonces se llama Unión Sindical Obrera. A los dos años ya estábamos peleando para que lo legalizaran y por un mejor pago del trabajo”4.

Luego de salir de la cárcel, Mahecha prosiguió con su actividad lejos de Barrancabermeja, a donde no podía acercarse. Se dirigió entonces hacia la zona bananera del Magdalena, donde ayudó a organizar la huelga de finales de 1928, la cual terminó con la masacre del 5 de diciembre y días subsiguientes en Ciénaga y otros lugares del emporio bananero de la United Fruit Company. Mahecha fue perseguido con saña por las tropas del general Carlos Cortes Vargas, carnicero de las bananeras, e incluso la prensa llegó a anunciar su captura y muerte en combate. Nada de eso era cierto, puesto que Mahecha, aprovechando su experiencia conspirativa y de lucha clandestina, logró huir, escondido en unos bultos de yuca que portaron unos pescadores hasta Barranquilla, desde donde luego paso a Cartagena y de ahí fuera del país. Estuvo como refugiado en Panamá, Uruguay, Argentina, Francia y la Unión Soviética. Participó como delegado por el Partido Socialista Revolucionario en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana de Buenos Aires en 1929, lugar desde donde denunció a nivel internacional la masacre de las bananeras y también participó en el Congreso Mundial Antiimperialista de Paris.

En 1930 regresó a Colombia, y cuatro años después contrajo matrimonio por lo civil con la profesora Filomena Sarmiento Rangel, con la cual tuvo tres hijos. En 1940, cuando tenía 56 años, murió en su humilde casa del Barrio Olaya de Bogotá.


SANDRA MILENA MEDINA CUBIDES

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